Sostenibilidad y el Acuerdo de Libre Comercio entre Nueva Zelanda y la UE: Un paso adelante en la responsabilidad
El nuevo acuerdo de libre comercio entre Nueva Zelanda y la UE sienta un audaz precedente en cuanto a los objetivos medioambientales. John Ballingall, socio de una consultora de asuntos económicos, brinda una reflexión sobre el nuevo acuerdo, discutiendo sus implicancias para la futura política comercial de Nueva Zelanda (y de otros países).
Cuando hablo con mis clientes de la industria cárnica de Nueva Zelanda, suelo callar dos cosas bastante incómodas. Primero, que soy vegetariano. Segundo, que a pesar de los muy modestos resultados de acceso al mercado para los exportadores de carne vacuna neozelandeses, pienso que el Acuerdo de Libre Comercio entre Nueva Zelanda y la Unión Europea es un buen trato (ALC entre NZ y la UE).
Mi opinión se ve influenciada, en parte, debido al modo en que se han incorporado las prioridades en materia de sostenibilidad y política climática en el ALC. El presente artículo describe las disposiciones de sostenibilidad más innovadoras del ALC entre NZ y la UE y brinda algunas reflexiones sobre sus implicancias futuras para la política de comercio de Nueva Zelanda (y de otros países).
La Joya de la Corona
El ALC entre NZ y la UE, concluido a finales de junio de 2022, suple uno de los principales vacíos de la extensa red de ALC de Nueva Zelanda (siendo los acuerdos con Estados Unidos y la India los otros casos relevantes). Muchos neozelandeses, entre los que me incluyo, nos mostrábamos escépticos sobre la posibilidad de celebrar un ALC.
Desde el punto de vista económico, un ALC con Nueva Zelanda nunca va a hacer rico a nadie. Nuestra población es similar a la de Irlanda o Eslovaquia, nuestro PIB es aproximadamente el 1,5% del de la UE, y nos quedan muy pocos aranceles significativos. Los resultados de la modelización económica indican que se necesitarán cambios de al menos dos decimales para que el PIB de la UE crezca en 2035 gracias a este ALC.
Desde una perspectiva de economía política, abundaron las negociaciones sobre temas sensibles. Para la UE, mejorar el acceso al mercado de las exportaciones neozelandesas de productos lácteos y carne vacuna siempre ha sido el mayor obstáculo para llegar a un ALC. La creciente preocupación por la soberanía alimentaria de la UE en miras al conflicto en Ucrania añadió más inquietud a esta cuestión.
El ALC entre NZ y la UE, concluido a finales de junio de 2022, suple uno de los principales vacíos de la extensa red de ALC de Nueva Zelanda.
Para Nueva Zelanda, el armario de las negociaciones estaba vacío. Las ambiciones de la UE con respecto a las indicaciones geográficas planteaban grandes retos. Había pocas ganas de ampliar los derechos de autor. Y los políticos no dieron a los negociadores absolutamente ningún mandato para avanzar en la extensión de los plazos de patentes.
Pese a estos desafíos y limitaciones, finalmente se acordó un ALC de amplio espectro y con visión de futuro. Las consideraciones geoestratégicas de la UE seguramente habrán influido en la decisión de los responsables de la toma de decisiones, pero la capacidad de ambas partes para publicitar el ALC como un tratado altamente ambicioso y progresivo en cuestiones ambientales también ha contribuido a llegar a un resultado exitoso.
Indignación Invertida: las reacciones de los exportadores neozelandeses fueron inusualmente dispares
Normalmente, cuando se anuncia un ALC en Nueva Zelanda, los resultados son alabados por los exportadores de sectores primarios y fustigados por los ambientalistas. Las cosas fueron diferentes con el ALC entre NZ y la UE.
Los exportadores de carne y lácteos se mostraron extremadamente decepcionados, aunque seguramente no se sorprendieron por el hecho de que la UE no ofreciera mejorar el acceso al mercado para los principales productos agropecuarios de exportación de Nueva Zelanda. Los exportadores de productos hortícolas y marinos se mostraron más contentos.
Hubo una aceptación general (o al menos, no hubo protestas similares a las que suscitó el acuerdo de Asociación Transpacífico) de que las disposiciones en materia de sostenibilidad y acción climática del ALC se encuentran un paso por encima de lo que se ha hecho antes.
Predicar con el Ejemplo: Posibles sanciones comerciales por no cumplir con los objetivos del Acuerdo de París
Gran parte del interés medioambiental se relaciona con el Capítulo sobre Comercio y Derecho Sostenible (TSD, por sus siglas en inglés) del ALC entre NZ y la UE. Las disposiciones más destacadas se refieren a las normas laborales, la igualdad de género, el cambio climático, el comercio de emisiones, los bienes y servicios ambientales, los bosques, las subvenciones a la pesca y la reforma de las subvenciones a los combustibles fósiles.
La novedad radica en que todo el capítulo TSD se encuentra sujeto a las disposiciones de solución de controversias del acuerdo, y por lo tanto, es jurídicamente vinculante.
Este capítulo representa la primera vez que la UE se compromete en un ALC a abstenerse de conceder o mantener subvenciones perjudiciales a la pesca. También contiene el primer artículo de un ALC firmado por la UE sobre la reforma de las subvenciones a los combustibles fósiles.
En conjunto, el contenido del capítulo TSD no es especialmente novedoso —se pueden encontrar disposiciones similares en muchos ALC anteriores tanto de Nueva Zelanda como de la UE. Ambas partes son firmes promotoras de iniciativas progresivas y de desarrollo sostenible.
La novedad radica en que todo el capítulo TSD se encuentra sujeto a las disposiciones de solución de controversias del acuerdo, y por lo tanto, es jurídicamente vinculante.
En particular, los compromisos de las partes a “abstenerse de cualquier acción u omisión que atente materialmente con el objeto y propósito del Acuerdo de París” se encuentran sujetas a la solución de controversias y posiblemente a sanciones comerciales si se incumplen. La posibilidad de que se apliquen sanciones comerciales por incumplimientos relativos al objeto y alcance del Acuerdo de París es algo totalmente novedoso para ambos países.
Este es el primer ALC en el que los compromisos de ambas partes en materia de género son exigibles.
Las otras disposiciones del capítulo (por ej., comercio y desigualdad de género, subvenciones a la pesca) pueden ser sometidas a la solución de controversias para obtener una resolución pero no son “sancionables”. Aún así, esto es algo nuevo y ambicioso para un ALC. Por ejemplo, este es el primer ALC en el que los compromisos de ambas partes en materia de género son exigibles.
En términos generales, el capítulo TSD del ALC entre NZ y la UE representa un avance significativo en torno al grado en el cual los socios de un ALC pueden responsabilizarse mutuamente en cuestiones clave de sostenibilidad.
Para Saber Si Funciona la Huella de Carbono Será Preciso Ponerla a Prueba
Lo que el ALC significa en la práctica aún no está claro, pero es concebible —y como último recurso— que si un panel de solución de controversias concluyera que una de las partes ha promulgado políticas o medidas regulatorias que atentan “materialmente” contra los objetivos del Acuerdo de París, esto podría conducir a la suspensión de las obligaciones asumidas en otras partes del acuerdo (por ej., las reducciones arancelarias).
Estos objetivos son muy amplios, y se refieren a mantener el aumento de la temperatura media mundial “muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales”, a mejorar la capacidad de adaptación de un modo que no comprometa la producción de alimentos y a proporcionar recursos financieros para apoyar una “trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero”.
Resulta incierto cómo un grupo de expertos podría conducir una evaluación objetiva sobre si la acción u omisión de una parte contradice estos objetivos generales. Sin duda esto generaría mucha exaltación (y horas facturables) para los abogados especialistas en comercio y medio ambiente. /p>
El ALC entre NZ y la UE, ha sentado un audaz precedente sobre los aspectos relativos a la sostenibilidad para las futuras negociaciones de cualquier ALC.
Pero como una señal para otros países de que Nueva Zelanda y la UE son ambiciosos en las áreas de intersección entre el comercio y la política climática, estas disposiciones transmiten un poderoso mensaje: Estamos dispuestos a ir más allá en el diálogo, la cooperación y los mejores esfuerzos, y nos comprometemos a enfrentar posibles sanciones comerciales si no cumplimos con las principales obligaciones ambientales (y laborales).
El ALC entre NZ y la UE , por lo tanto, ha sentado un audaz precedente sobre los aspectos relativos a la sostenibilidad para las futuras negociaciones de cualquier ALC. Será interesante observar cómo perciben este precedente otros países con quienes cualquiera de las partes procure negociar. ¿Por ejemplo, los países en desarrollo esperarán que se aplique la responsabilidad común pero diferenciada a las disposiciones sobre sostenibilidad de futuros ALC con Nueva Zelanda o la UE? ¿Y cómo responderá Estados Unidos, considerando sus retos políticos en torno a la política climática?
Diálogo Enfocado en El Futuro
Otro aspecto novedoso del ALC entre NZ y la UE es su capítulo de cooperación sobre sistemas alimentarios sostenibles. En virtud de este capítulo, las partes han acordado “establecer una estrecha colaboración para emprender conjuntamente la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles”. Estos sistemas “garantizan el acceso a alimentos seguros, nutritivos y suficientes durante todo el año de manera que no se comprometan las bases económicas, sociales, culturales y ambientales para generar seguridad alimentaria y nutrición para las generaciones futuras” (Artículo X.3.2).
Los temas de cooperación mencionados incluyen la producción orgánica y regenerativa, la reducción del uso de fertilizantes y productos químicos, la garantía de cadenas resilientes de suministro de alimentos durante las crisis, el impacto de la producción de alimentos en la biodiversidad, la huella de carbono de los consumidores y el conocimiento indígena en los sistemas alimentarios.
Dado que se trata de un capítulo dedicado a la cooperación, no podemos esperar ningún resultado material en particular de los debates de las partes. Pero, nuevamente, la señal es clara: en los ALC hay espacio explícito para disposiciones que fomenten el diálogo sobre importantes cuestiones de sostenibilidad intergeneracional, incluso cuando se refieren a áreas sometidas a fuertes presiones de economía política ofensiva o defensiva (por ejemplo, la agricultura).
Círculos Que Se Reducen
Sería justo decir que para la mayoría de las personas el logro de acciones signficativas sobre cambio climático constituye una prioridad mucho mayor que la búsqueda de ganancias derivadas de la eficiencia económica por la liberalización del comercio. Por lo tanto, si la política comercial en general pretende conservar una licencia social para operar y reunir a todos los involucrados, es preciso que tome más en cuenta las inquietudes de la sociedad en términos de sostenibilidad y acción climática.
Tanto la UE como Nueva Zelanda están intentando hacer precisamente esto a través de sus iniciativas Juntos por un Crecimiento Económico Ecológico y Justo y Comercio para Todos, respectivamente.
El ALC de NZ y la UE representa una evolución positiva en el tratamiento de la política comercial y las cuestiones de sostenibilidad en los ALC. Ya no se habla superficialmente de los conceptos de sostenibilidad que luego eran relegados a capítulos independientes sobre “comercio y…”, los cuales se ven bien por escrito pero no tienen implicancias materiales en la práctica.
Por el contrario, están presentes en muchos capítulos del ALC, e incumplir con los compromisos ambientales fundamentales del acuerdo podría tener importantes repercusiones económicas si se invocan sanciones comerciales.
En mi opinión, esto destaca la creciente superposición entre los ámbitos de la política comercial y la climática. Un diagrama de Venn sobre la intersección de estas políticas gradualmente se está convirtiendo en un círculo único.
¿Negociadores Comerciales = Negociadores Climáticos?
Nos dirigimos hacia un mundo donde predominarán los sistemas vinculados de comercio de emisiones, la fijación mundial del precio del carbono, los mecanismos de ajuste en frontera de las emisiones de carbono, los “corredores verdes” para la aviación y el transporte marítimo, y la ampliación de los mercados para la producción sostenible de productos y servicios (solo para nombrar algunas características). Todo esto está ligado tanto a la política comercial como a la política sobre clima y sostenibilidad.
Esto significa que será preciso que los negociadores de comercio profundicen su entendimiento sobre las políticas de clima y sostenibilidad. Deberán otorgar mayor peso a los resultados de sostenibilidad al momento de formular sus posturas de negociación y ser más consientes de las implicancias que tienen sus enfoques de política comercial en el clima y el desarrollo.
Los negociadores de comercio profundicen su entendimiento sobre las políticas de clima y sostenibilidad.
Y por su parte, será necesario que los responsables de políticas y negociadores de cambio climático estén más atentos al papel destacado que puede jugar el comercio a la hora de abordar la reducción de las emisiones mundiales y a las importantes implicancias comerciales al establecer ambiciosos objetivos nacionales e internacionales en materia de emisiones.
Por último, esta intersección implica que los comentaristas, investigadores, empresas y responsables de políticas deban replantearse como evaluar los ALC. Los resultados relativos al comercio y el clima deben contemplarse cada vez más en conjunto. Como mencionamos anteriormente, el ALC entre NZ y la UE no es particularmente ambicioso en cuanto al acceso al mercado, por ejemplo, pero es innovador en algunos de sus aspectos relacionados con la sostenibilidad. Llegar a un equilibrio justo probablemente sea un reto clave para los ALC del futuro.
Un Trabajo Bien Logrado
Aún resta observar si el ALC entre NZ y la UE brindará, o no, más beneficios de bienestar social que un ALC más agresivo en términos de acceso al mercado pero menos progresivo en materia de sostenibilidad. Por ahora, parece justo decir —con sinceras disculpas a mis amigos de la industria cárnica— que ambos grupos de negociadores hicieron un buen trabajo al lograr un ALC muy exigente y necesario hace mucho tiempo.
John Ballingall es socio de Sense Partners, una consultora sobre asuntos económicos con sede en Nueva Zelanda. Se especializa en la modelización económica de la política comercial y climática.
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